martes, octubre 16, 2007

Karkú, Amango y Bkn: Una cruel ironía mal contada


No hay nada más salvaje que tener que ver a tempranas horas de la mañana la sección infantil de los programas de TV abierta, sin duda, el despertar de un día sábado con la parrilla televisiva matutina es una verdadera tortura luego de una ardua semana de intenso trabajo y estudio. Créanme que es tan desesperante que llegan a dar ganas de tener TV Cable... en serio, ¡es enfermante!.

De partida, no sé quien mierda es el pergenio que se cranea día y noche para salir con nombres tan estúpidos y sin ninguna lógica ni trascedencia para esos programillos: Tronia, Cubox, Invasión. ¿Qué mierda?, de seguro son palabras sacadas de algúna jerga juvenil extranjera que significan: Sexo, Drogas y Alcohol respectivamente, aunque, pensandolo bien, esto podría ser la explicación más cuerda del porqué los cabros de ahora andan en la para' del libertinaje.

Siguiendo con la misma tónica de nombres realmente imbéciles, están estas porquerías de teleseries juveniles: "Karkú, atrévete", "Amango", "Bkn"... por favor díganme qué mierda significan esas palabras, si es que se pueden llamar palabras a ese monton de letras sin cohesión ni sentido. Lo peor de todo es que esta totalmente aceptado, osea, hay gente que proporciona de rating a estos canales y no filosofa sobre una disyuntiva tan interesante como ésta, además, hay que considerar que la gracia de todo programa es tener un buen nombre para que tenga una percepción postiva de parte del público, por ejemplo: en el caso de la teleserie de canal 13: "Lola", ésta no hubiera tenido el éxito que tiene de no ser por el nombre que eligieron, ya que si en vez de "Lola, un hombre en cuerpo de mujer" le hubieran puesto: "Yarblokos, el amor no tiene sexo" (si es por ponerle nombres raros), su impácto mediático sería el mismo que el de esas teleseries venezolanas de media tarde que dan en el Mega.

Pasando a otro plano, no podemos negar que estas teleseries juveniles son la más cruel burla para la gran mayoría de sus jóvenes teleespectadores, osea... se entiende que las reglas televisivas no permiten poner como protagonista de una serie juvenil a Byron Pérez en un colegio de La Pobla City por una cuestión netamente estética, pero, ¿para qué irse al otro extremo?, ¿qué será de ese niñito que ve Bkn?, ¿para qué sacarle en cara de que no puede vivir en Lo barnechea e ir en el Colegio Pumahue si el pendejo no tiene la culpa de vivir en la Villa Santo Tomas y estudiar en el Liceo San Lucho?. Si ni siquiera puede tomarle el peso a todo ese contenido clasista, subliminal y maqueavélico de Mega mostrado siniestramente en esa serie juvenil llamada: Bkn (por etimología: bacán = caca de mono)... Realmente, una burla.

Y no podemas dejar pasar a Karkú (el nombre más estúpido de los 3 programas en cuestión): otro grupie-lais ABC1 que va en un colegio de primera, en el que se intenta plasmar la vida de un escolar, pero claro... la de uno que vive de Plaza Italia pa' arriba, y obviamente como ésta teleserie es transmitida por un canal pluralista (TVN), debe ser representativa en su totalidad, por lo que para estos efectos, los pubertos protagonistas también tienen una banda pop que triunfa en todo Chile y el mundo llamada: Six-Pack (otro nombre de mierda)... mira tú, algo que esta al alcance de todos los jovenes de este país.

Finalmente: Amango, el musical más plástico, sobreactuado y mal adaptado del país, sin embargo, no causa extrañezas, ya que proveniendo de un área dramática como la de Canal13 se puede esperar cualquier cosa -incluido el tener un alto rating-. No obstante, hay que reconocer que al menos ésta ha sido la única serie en donde han hecho el intento -fallido- de plasmar la realidad de una familia de clase media, en donde el hiperactivo y ocupado papá de una niña cantante, le miente a sus amigos de la academia que el es un doctor siendo que en realidad, es chofer de ambulancia de una clínica privada. Pero hay un pequeño gran detalle que pasan por alto y es que de los 9545 integrantes de la academia, es la única estirpe aproblemada económicamente junto a la del protagonista, para las demas... la vida es caballa y el descueve' (léase en cuico).

Como podemos ver, la televisión en Chile es ingrata y cínica, ya que, tal como a veces nos muestra realidades -tergiversadas-, también hay ocasiones -y que suelen ser la mayoría- en que nos muestra utopías que se convierten en vanos sueños imposibles de alcanzar para una familia promedio. Esta claro que las diferencias sociales ya están demasiado marcadas por una realidad tangible y palpable pero, no hace falta que unos programillas de tercera vengan a refregarle en la cara la calidad socio-económica a un público que en su mayoría es catalogado como C3, lo cual, realmente, es una burla para toda esa gente que busca en la TV un argumento propio de sí mismo y no el dirigido para un sector minoritario del país como lo es la aristocracia chilena.

Un país democrático no solo se hace con una política adecuada sino que también se construye en base a contenidos comunicacionales que también estén ad-hoc a la realidad del ciudadano común y corriente, sin embargo, por más que se critique desde esta perspectiva, a quién más debiera afectarle esta realidad, le da exactamente lo mismo, ya que para esa persona, lo que se muestra en la TV, no es más que un simple deseo platónico carente de cuestionamientos como los anteriormente mencionados, con lo cual podemos inferir y concluir que el efecto televisivo buscado con esta clase de series -y no solo infantiles- ha surtido efecto en el inconsciente colectivo de nuestra ciudadanía en general, provocando resignación, enajenamiento y desconocimiento sobre la verdadera intención comunicativa del emisor, en este caso, de la TV.


Comente, es gratis sábado, octubre 06, 2007

La prueba final: Implicancias de ir en 4º medio


"12 años sentados frente a un pizarrón no deben ser en vano "
Alejandro González, fragmento de una de sus divagaciones.


Con esta arenga, 170.000 estudiantes de todo el país se enfrentan a ese verdadero colador que se interpone entre el éxito y el fracaso, la PSU. Comienza Octubre y los ánimos de los estudiantes se ven drogados por la ansiedad, el miedo y la angustia de tener que aceptar su condición de encontrarse en la etapa cúlmine de la vida escolar. Y obviamente tanto sentimiento encontrado no es porque si, sino porque es ahora cuando el tiempo se acaba para subir sus cuantas décimas al promedio para el NEM. Es ahora cuando los resultados de los ensayos de la PSU nos empiezan a preocupar, porque nos dimos cuenta de que no estamos sacando el puntaje deseado. Es ahora, justo ahora, cuando nos sacamos tremendas notas en las pruebas, siendo que en años anteriores siempre nos sacabamos el pillo con el fetiche favorito del estudiante promedio: "ahhh, si el otro semestre me pongo las pilas", pero como muchos lo saben, nunca pasaba nada.

No obstante, a pesar de todas esas paradojas, hay que reconocer también, que el vivir los últimos cuarentaitantos días que nos quedan de estadía en la -ahora- acogedora sala de clases, es un factor detonante para hacer del Carpe Diem nuestro dilema permanente durante lo que resta del año. Por ejemplo, para esta fecha es ya casi una tradición el mandarse un pastelito que quede en los anales de la historia de nuestro establecimiento educacional, a cada rato, en cada conversación que se genera, no se puede evitar hablar del tema y salir con esas amenazas tipo Al-Qaeda: "pal' último día de clases, quememo' el laboratorio de ciencias... (risa maquiavélica)", "acuerdate hueón, pa' cuando salgamo' de clases le voy a sacar la chucha a ese profe por maricón".


Sin embargo, la mayoría de estas advertencias cuasi-terroristas, llegado el momento, quedan sólo en eso, transformandose las malas intenciones en un océano de lagrimas, increpando al cielo del porqué el tiempo pasó tan rápido, que porqué no me puse las pilas antes, que porqué no hice torpedo para esa prueba, y miles de cuestionamientos que nos llevan a una profunda introspección, haciendo que ésta, finalmente, termine por provocar de manera oficial, ese cambio de switch que nos hace aceptar sin resentimientos nuestra realidad de ex-alumnos de media y nuevos alumnos de una universidad o instituto.

Es cierto, no es bueno anticiparse a los hechos ya que nadie sabe lo que ocurrirá luego de ese 3 y 4 de Diciembre, pero aún asi, es casi imposible el no proyectarse hacia ese momento, el imaginar estar sentado en una sala de clases ajena a nosotros, con gente agrupada de acuerdo a su número de cédula de identidad, el estar aguantando los tics nerviosos de tu compañero de banco, el tener que atenerse a mirar hacia la prueba de al lado porque ahí si que te joden, bueh... y tantas cosas que hacen de la vida de un pingüino en vías de jubilar algo bastante siniestro, asi que si pensaba que el estar en 4º medio era un trámite: se equivoca, en lo académico quizás, pero toda aquella dificultad de la que carece se encuentra en la presión de sacar un buen puntaje en la PSU y quedar en la carrera que uno desea, y claramente bien lo podría comprobar cualquier estudiante de 4º al preguntarle.

La cuenta regresiva se ha activado y a estas alturas, el haber tenido el record de anotaciones negativas en el libro de clases ya no vale de mucho. Tampoco es ponderable el haber sacado el premio por tener 100% de asistencia o haber participado de una manifestación estudiantil. Ahora sólo nos queda confiar en la educación que se nos entregó durante 12 años en las caritativas y generosas sociedades privadas y no olvidar también la intachable pedagogía que nos inculcó el estado, con la cual sin duda llegaremos muy lejos, claro que... lejos de ser alguien en nuestras vidas. En fin, el punto es que no desperdiciemos estos 12 años de colegio en vanos recuerdos sobre lo asqueroso que era estar en clases de física, química o matemática, mas bien, hagamos de estos últimos días los mejores de nuestra estadía en las aulas, compartamos con nuestros compañeros, mandemonos todas las cagadas a las que alguna vez les tuvimos miedo porque nos podían suspender, ahora da lo mismo, total... si antes el que te suspendan era el peor castigo, ahora te las puedes tomar como verdaderas vacaciones regaladas.

Ya lo sabe, no sea hueón... ¡aproveche!



Comente, es gratis